Período Taishō



La era o periodo Taishō ("era de la gran rectitud"), comprende del 30 de julio de 1912 al 25 de diciembre de 1926, coincidiendo con el reinado del Emperador Taishō. La salud del nuevo emperador era frágil, lo que provocó un cambio en el poder político del país, del viejo grupo  genrō  (consejeros informales del emperador, estaditasjubilados de prestigio, considerados como los “padres fundadores” del Japón moderno) hacia la Dieta de Japón y los partidos democráticos. 

Por consiguiente, la era es considerada como un período de movimiento liberal conocido comúnmente en Japón como "democracia Taishō"; usualmente diferenciada de la caótica era Meiji que le precedió.

El período Meiji finalizó con la muerte del emperador en 1912 y el consiguiente ascenso al trono del Emperador Taishō.  El nuevo emperador era un hombre sumamente enfermo y débil, tanto física como mentalmente,por lo que durante su mandato se mantuvo alejado de cuestiones políticas y las decisiones del gobierno recayeron en la Dieta y su gabinete. Debido a su incapacidad, su hijo Hirohito fue nombrado «Príncipe regente» en 1921.


                                                   Emperador Taishō

Desde la instauración de un nuevo sistema político con la Constitución Meiji sólo miembros de la élite aristócrata tenían acceso a los puestos elevados en los partidos políticos, los gabinetes, la Cámara de Pares o de los consejeros del emperador, pero entre 1918 y 1932 la situación política del país cambió: aunque los partidos políticos seguían siendo liderados por la élite, los políticos se vieron obligados a trabajar coordinadamente con la corte, la burocracia y los militares debido a una consciencia más democrática de las masas, quienes además comenzaron a agruparse y los estudiantes se volvieron políticamente activos. Por consecuencia, los partidos jugaron un papel protagónico en la política nacional.
Otro cambio importante tuvo lugar en 1925, cuando se estableció el sufragio universal para los varones, lo cual incrementó la base electoral a más de doce millones.




Japón entró en la Primera Guerra Mundial en 1914, aprovechando la guerra de Alemania en Europa y queriendo ampliar su esfera de influencia en China. Japón declaró la guerra a Alemania el 23 de agosto de 1914 y rápidamente ocupó los territorios de Alemania: ocupados en la provincia de Shandong en China y las islas Marianas, islas Carolinas, las islas Marshall y las islas Belau/Palaos/Palau en el Pacífico, que son parte de Nueva Guinea alemana. El sitio de Tsingtao, una rápida invasión de la colonia alemana de Jiaozhou (Kiautschou) dio buenos resultados y las tropas alemanas coloniales se rindieron el 7 de noviembre de 1914.

Junto a Japón se encontraban los aliados occidentales, en particular el Reino Unido, muy implicados en la guerra en Europa, que solicitó más territorio para consolidar su posición en China mediante la presentación las «Veintiuna exigencias»  en enero de 1915. 



Además de la ampliación de su control sobre las explotaciones de Alemania, Manchuria y Mongolia Interior, el Japón solicitó también la propiedad conjunta de un importante complejo minero y metalúrgico en el centro de China, la prohibición a China de cualquier cesión o arrendamiento de las zonas costeras a una tercera potencia. Las exigencias de Japón en diversos temas políticos, económicos y militares pretendían reducir a China a simple protectorado japonés. En vista de la lentitud de las negociaciones con el gobierno chino, del sentimiento anti-nipón generalizado en el país y de la condena internacional, Japón retiró el último grupo de demandas, y los tratados se firmaron en mayo de 1915.


En 1917 los Estados Unidos entraron en la guerra y se encontraron como aliados de los japoneses a pesar de las fricciones causadas por la situación en China y la competencia por ganar influencia en el Pacífico. Con el afán de evitar tensiones, se firmó el Acuerdo Lansing-Ishii  en noviembre de ese mismo año.
En 1919 Japón se encontró del lado de las «grandes cinco» potencias durante la Conferencia de Paz de Versalles. A Japón se le concedió un asiento permanente en la Sociedad de Naciones y además se le transfirieron los derechos que había tenido Alemania sobre Shandong. Finalmente, las islas del Pacífico que poseía Alemania fueron puestas bajo mandato japonés, llamado Mandato del Pacífico Sur.
En este periodo, el 1 de septiembre de 1923, poco antes del medio día ocurrió uno de los terremotos más fuertes de la historia en la región de Kantō, con una magnitud estimada en los 8,3 grados en la escala de Richter. El movimiento en las placas tectónicas ocasionó además un fuerte tsunami: en Kamakura las olas llegaron a alcanzar los 5 metros de altura, mientras que en Atami alcanzaron los 13.



Se calcula que alrededor de 110.000 personas perdieron la vida, ya fuera por los efectos del terremoto, el tsunami subsecuente, así como una gran cantidad de incendios que se prolongaron durante varios días.
A las pérdidas humanas por las causas anteriores también se le debe de agregar las resultantes de varias olas de violencia en contra de activistas políticos, coreanos y chinos por parte de civiles, policías y militares que tuvieron lugar durante algún tiempo después de la tragedia.

Fuente de Información: Wikipedia

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