Teatro Kabuki-za



En el Kabukiza, el teatro de Tokio, en el selecto y comercial barrio de Ginza, el legendario arte escénico tradicional del Kabuki atrapa al público de Japón y a quienes les seduce la cultura de este país. Sus representaciones hablan de eventos históricos o apasionados romances, y sus actores usan el lenguaje propia de la época con una entonación muy particular, y que a veces incluso los propios japoneses no entienden, siempre acompañados por la música de instrumentos tradicionales.


Sentarse en las butacas del Kabukiza es un viaje en el tiempo, que ha sido interrumpido durante mas de dos años debido a las obras de reforma que ha sufrido. El viejo teatro inaugurado en el siglo XIX sobrevivió a incendios y terremotos, pero fue demolido en 2010 para volver con fuerza el pasado 2 de abril. Tras un paréntesis de obras, ha resucitado con un esplendor estético y nuevas tecnologías para hacerlo accesible al público del siglo XXI.



Junichi Sakomoto es el presidente de Shochiku, la corporación que gestiona el Kabukiza desde 1914, además de  propietaria y gerente también de otros teatros en Tokio, Osaka y Kioto y productora de  películas de anime. Pero su mayor objetivo es preservar el arte del Kabuki y relanzarlo. “No solo queremos perpetuar un arte tradicional, queremos ponerlo en valor como una atractiva forma contemporánea de entretenimiento”, declaró Sakomoto a The Japan Times, en el renacer de su teatro. Quiere lograr que los 900.00 visitantes anuales de Kabukiza antes del cierre en 2010 pasen mucho más del millón en las próximas temporadas.



Y parece que sucederá a tenor del interés del público japonés por recuperar su histórico teatro, alzado en 1889. Tras ser demolido en 2010, el terreno del Kabukiza quedó envuelto por andamios y cubiertas blancas. 






Por fin se abrió con toda pompa en abril pasado. Las lágrimas de emoción que muchos derramaron cuando se cerró eran de alegría cuando por fin volvió a abrir sus puertas.


                                                         Kabuki za a principios del S XX


Kabuki za antes de la reforma
Kabuki za despues de la reforma

El resucitado Kabukiza es un diseño del prestigioso arquitecto Kengo KumaSe han eliminado las columnas de la primera planta del patio de butacas, el lugar principal para disfrutar de la obra de teatro, y además, las butacas son ahora más amplias y cómodas




El coliseo está adosado a un edificio de 29 plantas, Kabukiza Tower, compitiendo con las torres tokiotas cercanas de la zona de Higashiginza. Es un complejo donde la actividad cultural convive con la de las oficinas contiguas. Se ha conservado el originario diseño de la fachada que evoca los castillos medievales japoneses y el interior, con una atmósfera entre teatro y templo, luce una alfombra roja con simétricos rombos y figuras de pájaros. 



Los primeros tres pisos alojan el escenario y las butacas (ahora con más espacio), con un aforo de unas 2.000 personas. Se han utilizado modernas tecnologías que mejoran la acústica, la ejecución de los espectáculos y la comodidad del público. El recinto ha sido adaptado para para personas con movilidad reducida, se han añadido ascensores y rampas. Y un factor importantísimo, el edificio está preparado para resistir terremotos.



Además de mejorar el esplendor de la arquitectura teatral, el Kabukiza cuenta ahora  en la 5º planta de la torre con la Kabuki Gallery,  una sala de exposiciones donde se organizan eventos temáticos. 




Para entrar en la galería se necesita pagar pero la entrada al resto del edificio es libre y podemos encontrar restaurantes, tiendas de recuerdos, un café de estilo japonés permitirá al visitante degustar deliciosos tés japoneses mientras admiran un pequeño pero hermoso jardín japonés ... además de contemplar de cerca pelucas, kimonos, instrumentos, decoraciones… los espectadores se pueden hacer fotos con los ropajes de kabuki, como si fueran actores por un día en el nuevo Studio Alice




En la plaza subterránea Kobikicho-hiroba, conectada directamente con la estación Higashi-ginza, se reúnen animadas tiendas y restaurantes, y en el vestíbulo, como si se tratara de tenderetes en una fiesta, se pueden adquirir desde comidas en fiambreras a artículos variados.



Una de las novedades que me parece mas importante, sobretodo para los que no somos japoneses, es que si antes los espectadores extranjeros que no entendían el arcaico lenguaje de las tramas del kabuki se quedaban prendidos solo en el despliegue visual del espectáculo, ahora pueden captar toda la esencia. 



Unos auriculares con traducción en inglés (en un futuro habrá otros idiomas) y unas pantallas táctiles con abundantes explicaciones facilitan la inmersión en las obras, en las que lo festivo, lo trágico y lo cómico se unen en una sucesión de escenas extravagantes y energéticas o silenciosas y extremadamente pausadas. 




Para captar audiencias nuevas curiosas por la cultura japonesa y un género teatral patrimonio cultural de la Unesco, este Kabukiza tokiota del siglo XXI ha estrenado el “sistema Makumi”, que cambia de programación cada mes. El Makumi es un "aperitivo" de teatro kabuki de una hora (un solo acto), y a precios más baratos que las tres funciones diarias del  programa completo (dos sesiones diarias; matinales y una vespertina) que suele desarrollarse en 3 o 4 actos con una duración total de hasta 4 horas. ( Un poco cansado para mi gusto)



En el actual Kabukiza en poco tiempo podrá disfrutar del kabuki aunque no haya función en el teatro  o si no tuvieras tiempo para ver una de las obras y ¡Aunque nunca hayas ido a ver una obra de Kabuki  deberías,sin duda  poder disfrutarlo! ¿Te atreves, por una vez, a adentrarte al mundo del Kabuki?



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