El Periodo Edo -1º Parte-
El Período Edo, también conocido como periodo Tokugawa se extiende desde 24 de marzo de 1603 hasta 3 de mayo de 1868. El periodo delimita el gobierno del shogunato Tokugawa.
Tokugawa Ieyasu, el principal beneficiado de los logros de reunificación del país de Oda Nobunaga y de Hideyoshi Toyotomi venció a los daimyō del oeste en la Batalla de Sekigahara en el año 1600 dandole el dominio casi total de Japón. Se estableció en Edo (hoy Tokio) y creó un sistema de dominio mediante un estricto control sobre otros daimyo, Ieyasu instaló a su hijo Tokugawa Hidetada bajo el título de shōgun y se nombró a sí mismo como shōgun retirado en 1605.
El periodo Edo trajo a Japón 250 años de estabilidad. El shōgun gozaba de la autoridad nacional mientras que los daimyo la autoridad regional. Los Tokugawa no sólo consolidaron su control sobre el reunificado Japón, sino que también gozaban de un poder sin precedentes sobre el emperador, las cortes y órdenes religiosas. El emperador sólo daba su aprobación como última opción en los asuntos políticos del país, sin embargo los Tokugawa ayudaron a que la familia imperial regresara a sus días de gloria reconstruyendo sus palacios y asegurándoles nuevas tierras.
Se establecieron una serie de códigos legales para regular las propiedades de los daimyo. Este código contemplaba además normas de conducta, matrimonios, vestimenta, tipo de armas, número de tropas que los daimyo podían poseer, se estableció el sistema sankin kōtai en el que se estipulaba que las familias de los daimyo debían de residir en Edo, además de que los daimyō debían permanecer en Edo por un año y al siguiente año en su provincia.
Tokugawa Ieyasu
Una nueva visión de gobierno y sociedad emergieron en búsqueda de un mandato más comprensivo. Cada persona tenía un lugar distinto en la sociedad y se esperaba que trabajara de forma que cumpliera su misión en la vida. La mayoría de los samurái perdieron la posesión directa de las tierras y se les plantearon dos opciones: dejar las armas y convertirse en campesinos o trasladarse a la ciudad principal de su feudo y convertirse en sirvientes a sueldo del daimyō. Sólo algunos pocos samurái permanecieron en las provincias exteriores del norte o como vasallos directos del shōgun, conocidos como los 5000 hatamoto.
Tokugawa Ieyasu
Una nueva visión de gobierno y sociedad emergieron en búsqueda de un mandato más comprensivo. Cada persona tenía un lugar distinto en la sociedad y se esperaba que trabajara de forma que cumpliera su misión en la vida. La mayoría de los samurái perdieron la posesión directa de las tierras y se les plantearon dos opciones: dejar las armas y convertirse en campesinos o trasladarse a la ciudad principal de su feudo y convertirse en sirvientes a sueldo del daimyō. Sólo algunos pocos samurái permanecieron en las provincias exteriores del norte o como vasallos directos del shōgun, conocidos como los 5000 hatamoto.
La jerarquía feudal se completó con las distintas clases de daimyo. Los más cercanos a los Tokugawa eran los shinpan o casas relacionadas. Existían en esta época 23 daimyo en las fronteras de las tierras de los Tokugawa, lo cuales estaban directamente relacionados con Ieyasu. La segunda posición la constituían los fudai (145), los cuales habían sido recompensados con tierras cercanas a los dominios de los Tokugawa por sus leales servicios. Por último, 97 formaban el tercer grupo, el de los tozama, los cuales eran viejos enemigos o nuevos aliados ubicados frecuentemente en la periferia del archipiélago.
La población fue dividida en cuatro clases en un sistema conocido como mibunsei, en el primer nivel estaban los samurái (5% de la población), en el segundo nivel, los campesinos ( 80%), en el tercero los artesanos y al final estaban los comerciantes. Sólo los campesinos vivían en las áreas rurales. Los demás vivían en las ciudades que se construyeron alrededor de los castillos de los daimyō, y cada uno de los grupos con una zona específica para ocupar dentro de la ciudad.
Fuera de estas cuatro clases sociales estaban los llamados eta y los hinin, cuyas profesiones rompían los esquemas del budismo. Los eta eran carniceros, curtidores y sepultureros. Los hinin servían como guardias o verdugos. Otros grupos excluidos de las clases sociales incluían los mendigos y las prostitutas. Los individuos no tenían ningún derecho legal en Japón. La familia era la entidad legal más pequeña contemplada, por lo que mantener el estatus y privilegios de la familia tenía una gran importancia a todos los niveles de la sociedad.
Se prohibió la construcción de barcos transatlánticos y el cristianismo, se restringió la posesión de castillos a uno por dominio. Aunque de facto los daimyo no pagaban impuestos, se le imponía regularmente una serie de contribuciones del tipo militar o logístico, además de contribuciones para proyectos públicos como la construcción de castillos y caminos.
Ieyasu alentó el comercio con el exterior pero mantenía recelo ante los extranjeros. Quería hacer de Edo un puerto mayor, pero una vez que se dio cuenta de que los europeos favorecían a distintos puertos en Kyūshū y después de conocer la negativa de China a sus planes de intercambio comercial, comenzó a controlar el comercio ya existente y permitió que sólo algunos puertos comerciaran productos específicos.
El comienzo del periodo Edo coincidió con las últimas décadas del periodo de comercio Namban durante la cual se intensificó la interacción con las potencias europeas en los ámbitos económicos y religiosos. Es al comienzo del periodo Edo en que Japón comenzó a construir barcos transatlánticos de tipo occidental, tal y como el barco de guerra japonés “San Juan Bautista”, un galeón de 500 toneladas que transportó la embajada japonesa encabezada por Hasekura Tsunenaga al Continente americano y a Europa.
El “problema cristiano” fue, en efecto, el problema de controlar tanto a los daimyō conversos y el comercio con los europeos. En 1612 a los sirvientes del shōgun y a los residentes de las tierras de Tokugawa se les ordenó que negaran el cristianismo. En 1616 la restricción de comercio con extranjeros en Nagasaki y en Hirado, en 1622 se ejecutaron a 120 misioneros y conversos, en 1624 se expulsó a los españoles y en 1629 se ejecutaron a cientos de cristianos. Finalmente, en 1635 se prohibió que cualquier japonés viajara al extranjero o que si llegaban a salir jamás volvieran.
El shogunato percibió al catolicismo como un factor extremadamente desestabilizador, por lo que fue perseguido. La Rebelión Shimabara (1637–1638) en donde samuráis católicos, cristianos y campesinos se rebelaron en contra de sus gobiernos feudales y del gobierno central fue reprimida obligando a que los Kirishitan profesaran su fe secretamente. Poco tiempo después los portugueses fueron también expulsados y miembros de la misión diplomática fueron ejecutados. A los holandeses se les limitó el acceso sólo a Dejima y a los chinos a cuarteles especiales en Nagasaki.
Para 1650 el cristianismo había sido erradicado casi en su totalidad además de que la influencia extranjera en asuntos políticos, económicos y religiosos dentro de Japón se volvió limitada. Tan solo a China, la Compañía Holandesa del Este de India y por un breve periodo a los ingleses se les permitió visitar Japón, sólo con fines comerciales y con acceso restringido sólo al puerto de Dejima en Nagasaki. Otros europeos que arribaban a costas japonesas eran ejecutados sin juicio de por medio.
El desarrollo económico durante el periodo Tokugawa incluía urbanización, Los tratados de construcción aumentaron junto con el desarrollo de bancos y el crecimiento de asociaciones mercantiles. Para mediados del siglo XVII, Edo mantenía una población de más de un millón de habitantes convirtiendose en el centro más importante para proveer alimentos y bienes de consumo esenciales, mientras Osaka y Kioto ,con mas de 400,000, se convirtieron en importantes centros de comercio y de producción de artesanías. El arroz fue la base de la economía ya que los daimyō recolectaban los impuestos de los campesinos en especie.
Plano de Edo
Plano de Edo
Japón estudió progresivamente las técnicas y avances científicos occidentales (llamados rangaku) a través de la información y libros recibidos de los comerciantes holandeses en Dejima. Las áreas de mayor estudio incluían la geografía, medicina, matemáticas, ciencias naturales, física, astronomía, arte e idiomas. Miembros de la clase samurái añadieron las tradiciones del bushi a su ideología y renovaron su interés en la historia de Japón, dando como resultado el bushidō. La búsqueda de nuevas formas de entretenimiento de la nueva cultura se conocieron como ukiyo e incluían geishas, música, historias populares, teatro Kabuki, poesía, literatura y arte.
El estándar de vida para los habitantes urbanos y rurales aumentó durante el periodo, en gran parte por el periodo de paz que se vivió en esta época. Pero una serie de sequías y por lo tanto pérdida de cosechas completas dieron como resultado veinte grandes hambrunas entre 1675 y 1837. El malestar entre los campesinos aumentó y para finales del siglo XVIII protestas masivas contra impuestos elevados y escasez de comida se volvieron casi rutinarias. Como la fortuna de las antes familias acomodadas disminuyó, otros pudieron acumular más tierras por lo que surgió una nueva clase granjera acomodada. Las personas que pudieron beneficiarse fueron capaces de diversificar su producción y contratar empleados, mientras que otros quedaban disgustados. Muchos samurái se vieron forzados a producir artesanías o trabajar a sueldo para comerciantes. Por otra parte, las intrusiones de los occidentales aumentaron en los comienzos del siglo XIX. Aunque los japoneses hicieron una serie de pequeñas concesiones y permitieron algunos desembarcos, lo que intentaban era mantener fuera del país a los extranjeros en su totalidad. Todos estos motivos empezaban a crear un malestar hacia el Shogunato Tokugawa debido a que no ponían remedio a ellos.
Para la década de 1830 existía un sentimiento generalizado de crisis, La hambruna y los desastres naturales tuvieron grandes consecuencias en la población. Algunos consejeros del shogun creían que la solución residía en el regreso al espíritu marcial, imponer más restricciones al comercio extranjero, suprimir el rangaku, censurar la literatura y eliminar los “lujos” del gobierno y de la clase samurái. La oposición vio la oportunidad de terminar con los Tokugawa y utilizaron la bandera política del sonnō jōi (“Reverenciar al emperador, expulsar a los bárbaros”), el cual llamaba a la unidad bajo el mandato imperial y se oponía a la intrusión de extranjeros. La preocupación del bakufu aumentó al conocer de los logros de los occidentales en establecer enclaves coloniales en China, por lo que se implementaron más reformas para tratar de fortalecer el país en contra de la amenaza extranjera.
Fuente de Información: Wikipedia
WOW INTERESANTE ARTICULO, MUCHA GRACIAS
ResponderEliminarvaya mierda de ariculo po los lideres claros...
ResponderEliminarpos esta bien compa
ResponderEliminarfoiar tu puta madre
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